Cuando no somos capaces de resolver nuestras diferencias mediante el diálogo, o el mismo se ha agotado; prefiriendo los cónyuges evitar hablar de ciertas cosas para no entrar en el “conflicto”.

Cuando pese a hablar de las diferencias, no logramos entendernos. Como si habláramos en idiomas o sobre cosas distintas.

Cuando comenzamos a analizar la idea de separarnos, pero sabemos que hay cosas que nos unen; como, por ejemplo, los hijos, y queremos transitar este proceso de la mejor manera posible.

Cuando estamos convencidos de que queremos seguir juntos, pero seguimos sin encontrar la manera de estar bien.

¿Cómo es esta metodología?
De la misma forma que la terapia individual, puede desarrollarse de manera presencial u online.

Lo ideal es convenir la frecuencia y la modalidad (sesiones conjuntas solamente o combinar sesiones conjuntas con individuales), según las necesidades del caso.